LA LOTERIA

La fiebre nacional va ya llegando a su punto de crisis. Unas horas más y resonarán voces de júbilo aisladas y un coro general de denuestos e imprecaciones, según donde haya querido parar o pasar de largo esta rueda del azar que nos tiene con el alma pendiente de un hilo.

Providencia, fortuna, casualidad, fatalismo. Estas son nuestras características. El trabajo con perseverancia y fatigas, es de todos los días. Surgir de improviso algo que rellene el arca y colme ilusiones; que, de la suma necesidad, nos ponga en la opulencia, no es cosa normal ni para despreciarla.

¡Cuántos proyectos, esperanzas y ensueños habrán encariñado a estas horas los puntos que acuden al señuelo de la timba oficial! ¡Cuántas se desvanecerán dentro de unas horas!

El ahorro sacrificado al capricho de ese cuerno de la abundancia; hogares fríos que no recibirán mañana el calor de una realidad risueña. Allí, donde el loco rodar de la fortuna se detenga, brotarán espasmos y locuras, y podría asegurarse sin error, que los millones logrados con tal sorpresa y facilidad, se evaporarán sin obras permanentes, esenciales y útiles. El egoísmo humano sonreirá al verse favorecido, y para algunos será fuente de males, la improvisada riqueza.

Se nos muestra avaro el oro, acaso porque sabe que en muy contadas manos cae bien y oportuno. ¿Quién sabe ser rico en su noble acepción? Bien echamos de ver carísimos derroches en cosas sin sustancia. Muy poco de lo que gastamos, se invierte con acierto; los más, prodigan el dinero para caprichosas satisfacciones, para banales, superfluos antojos, para ostentar bienandanzas, para pagarse el vicio material.

Cuando más, se tiene la riqueza como previsión, que no como fuente de otras riquezas perdurables. Lo que tan sin esfuerzo nos puede llegar, sin grande ahínco ni amor sabemos conservarlo.

Hoy el pensamiento, que lleva calentura a los cerebros, padece la obsesión del mañana, del oro a raudales. Y pasado mañana, serán pocos los ricos, y aún de estos, la generalidad, no saldrán de la pobreza más digna de consideración.

Son los dineros del sacristán.

 

Article escrit per Andreu Nin el 21 de desembre de 1914

 

Està clar que al blog de l'Andreu Nin Inèdit, en un dia com el d’avui, no hi havia altra tema més adient. Que tingueu sort i feu cas del que us diu l’Andreu… si us toca la loteria que sigui per fer inversions poductives!!!



Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada