… Convengamos en que el tetrarca Herodes, para congraciarse con César, fue funesto para las madres judías, según nos asegura la tradición cristiana, ya que el historiador Josefo, pasa en silencio el trascendental hecho de la degollina.
Supo María burlar a los emisarios del tirano librando de
la carnicería a su hijo, y de ese hecho partirá la costumbre de conmemorar el
fausto suceso, jugándosela de puño al prójimo.
Y si no se debió a esto, averigüe quien pueda la razón
que nos lleva a enjaretar burlas en llegando el veintiocho de diciembre.
Pocos dormirían satisfechos en este día si no lograran
embromar al vecino en forma más o menos peregrina, ingeniosa o burda. El día de
hoy viene a ser como un anticipo de las bromas carnavalescas que se dan a cara
descubierta confiando en la docilidad, buena fe y ceguera del embromado.
Presentar con cierto cariz lógico disparatados
acontecimientos que menudean en la vida diaria y darles el amparo de cierta
autoridad y prestigio, para que caiga en la celada el incauto y crédulo, es hoy
un deporte para la humana bobería que suele repartirse entre burlados y
burladores, porque nadie puede gallear sin haber, varias veces, dado en las bayas
del prójimo. Promesas incumplidas, narraciones falsas y cometidos sinuosos
menudean a diario para que creamos decretar la exclusiva y privilegio en esta
fecha. Cosas que merecieron nuestra fe más viva, en las que ponemos fervientes
anhelos y empleamos cuantiosas energías se deshacen al viento de la realidad
como un polvo deleznable, con atroces burlas que abren heridas profundas en el
alma, sin que sean parte a remediarlas, la sonrisa piadosa o la chanza
inocente. Es algo que deja huella y arrebata entusiasmos e ilusiones. Son las
peores burlas que se ceban en nuestros espíritus sin hallar compasión y aun
viéndose muchas veces seguidas de escarnio y menosprecio.
Estamos hoy en alternancia y pintiparados para la chacota
obligatoria cuantos llenamos cuartillas. Amparados en el descuido ajeno y en la
autoridad de la letra de molde fantaseamos un hecho que muestre ciertos visos
de realidad y lo damos a la opinión para que acudan los fieles creyentes a esta
comunión de ruedas de molino.
No pocos bien despiertos y avisados caen en la añagaza,
porque se saben de corrido aquel decir: “Rien moins vrai que la verité”. El
toque está en que la broma venga seguida de una moraleja, como ocurrió cuando
se la antojó a Cavia incendiar el Museo del Prado ya que verosímilmente podía el
desastre ocurrir a la hora menos pensada.
Muchos disparates que hoy serán el hazmerreir de las
gentes, tendrán un fondo de lógica de la que carecen no pocas cosas serias que
a diario estamos leyendo. Por ejemplo: la misma consuetudinaria ñoñez de estos
desahogos inocentes, no siempre cándidos y banales.
Otro ejemplo, esa burla cruel que no dicta una cultura y
un progreso a metrallazos dislocando la humanidad por erizados senderos que
dieron en asegurar eran conducentes a la paz y civilización, y que; a fin de
cuentas, es muy posible nos resulte la broma más verídica y macabra.
Y ahora, lector, si tu paciencia llegó a estas líneas, no
olvides que conmemora la Iglesia la Degollación de los Santos Inocentes, lo
cual, puesto en solfa, es advertirte cuanto arriesga tu credibilidad que, de
caer vencida, se atraerá el coro de risas y alborotos de los listos y
desenfadados.
Article escrit per Andreu Nin el 28
de desembre de 1914.
He
hagut de triar entre diversos escrits d’Andreu Nin que tracten el tema de la
diada del Innocents. No ha estat fàcil perquè el seus escrits sempre tenen una
segona lectura interesant però, en aquest cas, m’he decidit per aquest que va
publicar en la secció que anomenava “Paliques” del diari “La Publicidad”. Podeu
comprovar que, a més de la qualitat periodística del escrit, aquí hi podem
afegir la qualitat literària.
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