Entramos en un café y el camarero, después de servirnos
el negro brebaje delicioso y perjudicial que tomamos cinco o seis veces al día,
deja encima de la mesa un periódico. Este periódico se titula KDT, está impreso
en colores y pertenece a la clase de semanarios que hemos dado en llamar sicalípticos.
Como no tenemos nada que hacer leemos el KDT.
Titúlase el primer artículo «De periodo a período». Como
veis, el titulo no puede ser más ingenioso ni más sugestivo; un verdadero hallazgo
que aun que a nosotros no nos haga reír, es imposible negar que lo ha
discurrido un hombre verdaderamente perverso. Este hombre firma con el
sugestivo nombre de Arístides y ha hecho estereotipar su firma como los grandes
cronistas.
Arístides nos habla de la transparencia del vestido de
las niñas y esto nos desconcierta. ¿Cómo es posible que Arístides no sepa
castellano? ¿Será posible que Arístides haya visto vestidos transparentes? Pero
no; Arístides, como la mayoría de los cronistas de su especie, no se ha tomado
nunca la molestia de analizar el sentido de las palabras; tampoco Arístides
leyó nunca ninguno de esos libros que se titulan “Manual de Física”. ¿Cómo iba
a pensar Arístides que la física tiene cierta relación con la sicalipsis y con
otras muchas cosas de las cuales hay que hablar con frecuencia en los
periódicos? Además, lo lectores de K D T ya saben lo que quiere decir Arístides,
aunque lo diga mal. ¿Qué ganaría Arístides con decir que los vestidos de las ninfas
son traslucidos en lugar de transparentes? Demostrarnos a nosotros que había
estudiado física o que conocía por lo menos el sentido de las palabras. ¿Y qué
importancia tiene tal demostración? Lo importante para Arístides y para sus compañeros
de redacción es decir unas cuantas porquerías que diviertan a sus amabilísimos lectores
y esto lo hace sin pararse en barras.
Vean ustedes la literatura de Aristides y perdonen la inserción
de esta indecencia que no tiene en su favor ningún rasgo de ingenio que pueda
disculparla.
“Era una real moza -dice el gracioso Aristides- de
porte señoril y a su vez graciosa, con su andar menudito... Vaya un cu... (¿lo
diré ?) un cuerpo salado que se le adivinaba; porque por desgracia, lector, no se
le veía todo”.
Y como Arístides, son los demás redactores de este y de
otros semanarios por el estilo que constituyen un atentado al buen gusto y a la
gramática.
No es el nuestro un espíritu timorato. Creemos que todo
se puede decir, todo, absolutamente todo; pero hay que decirlo con gracia, con
ingenio, literariamente y no groseramente; porque la grosería es la cosa más imperdonable
del mundo.
Article escrit per Andreu Nin el 28 de setembre de 1915.
La duresa de Nin en les crítiques a alguns companys de feina, quan aquests no tenien un bon domini del vocabulari, era implacable. Com es demostra en aquest escrit sobre el cronista d'una revista de caire psicalíptic i picant que -amb tota seguretat- no era del seu gust. Fixeu-vos amb la subtilesa de la distinció de dues paraules que molts confondríem: transparent i translúcid.
Pel que he pogut obsevar en els seus escrits, Nin era més exigent en el llenguatge quan escrivia en castellà que quan ho feia en català.
Portada del setmanari KDT de l'època.
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