Cuando las masas se muestran esquivas a los halagos y rebeldes a la rima, hay que bajar la cabeza y ponerse a tono.
Así, lo que debieran ser villancicos serán solo golpes de
prosa que acaso convengan mejor a nuestro júbilo y a la forma como lo
revelamos. ¡Natividad y crisis! No es posible poner en yunta semejantes cosas.
Zambombas y cañones, rabeles y ametralladoras, caramillos y fusiles: incienso y
mirra con pólvora y melinita. Rompan los crótalos para acallar los redobles del
parche, y den los pífanos sus notas agudas para apagar las de los clarines.
Los reyes de la tierra están muy atareados para
distraerse con el idilio del Rey de los cielos, símbolo de una paz para la
regeneración de los hombres que se destrozan con furia implacable.
El Mesías tiene un Anticristo; se cumplen las profecías.
“Hosanna” y “Uber ales”. Paz y guerra. El hijo del hombre reniega del padre.
Los pastores no acudirán a Betlehem en ofrenda de
corderos, panes, mieles. Sobre la vida redentora, la muerte. En la trinchera,
yacerá sobre el lecho de paja el hijo del hombre que dejó de luchar extenuado.
Al frío parpadeo de los astros no llegará a su cuerpo el vaho del pacífico
rumiante que le procure calor grato. La helada soplará un cierzo agudísimo, y
en el firmamento no brillará la luz esplendorosa de la estrella de paz. Un
tambe silencioso cernirá sus alas metálicas al silbido de la hélice
vertiginosa. No cantos de gloria desde celestes alturas, ni cánticos de júbilo
de los serafines y dominaciones; el acompasado ¡Alerta! de los centinelas
vigilantes y el reventar del obús enemigo que lleva del sueño a la fosa al
combatiente.
Paz en la tierra, entonaban los querubes, y la
encomendaban a los hombres de buena voluntad. Los odios, rencores y concupiscencias
los han cegado y se cernirá la Parca insaciable sobre pueblos, hogares y casas
que otros años celebraron el natalicio de Jesús.
Article escrit per Andreu Nin 24 de
desembre de 1914.
Encara
que no fos un país implicat directament en el conflicte, està clar que l’inici
de la Gran Guerra va influir, clarament, en tots els estats del seu entorn.
Andreu Nin ens ho deixa molt clar en
aquest article nadalenc, en ple inici del conflicte on queda clar que l’estat
anímic sobre el futur no podia ser més pessimista.
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