VIENTRE Y VEJIGA.

Vedlo. En la Natividad como en fiesta que lo valga, rendimos pleitesía a la hartura. Vientre y vejiga son nuestros órganos predilectos. En mostradores y tiendas aparecen las muestras de la hecatombe que imponen nuestros penates. Preparación meticulosa, refinada; algo que recuerda los festines y orgías que leemos en los clásicos. Reses, aves, caza, pescado, frutos exóticos, singulares dones de la naturaleza amontonados para celebrar la venida del Mesías, que nació misérrimo, al punto de precisarle el auxilio de los humildes pastores.

La hartura, la abundancia ofrecida en argentadas fuentes y cristalería diamantina y sonora. Espumosos néctares ambarinos, dorados, verdosos; hervores sangrientos, rosados licores que ofreciera la ubérrima cepa de verdes pámpanos. Un lujo gastronómico para contados catadores y gourmets. Abunda lo hórrido, indigesto y vulgar tanto como escasea lo tónico y ligero. Cantidad, mucha cantidad y poquísima calidad.

Ve uno esta disposición monstruosa de viandas y sale ahíto y mareado.

Lúculo no comerá en casa de Lúculo; la matriz de la marrana vencerá al salmonete de Capri; el rojo tinto de Campania emporcará mucho más que el dorado aroma de Quianti.

Lúculo esparcirá 50.000 dracmas sobre los manteles y deshojará pocos pétalos ante las copas; las libaciones lentas, casi devotas, se darán en menor número que estos embalses del mosto fermentado.

La miel de Kadmos escaseará para derrochar en cambio, el empalagoso almíbar de los higos ventrudos y plebeyos.

Grasas y derrames de salsas, ningún incienso en los pebeteros; broncas voces perezosas en vez de salmos del arpa. Vapores del alcohol taciturno; no ideales ni ensueños; pesadez orgánica sin esbelteces de la danza noble.

Lúculo devorará el banquete y Baco presidirá los brindis. No amores alados, sino la indigestión molesta y la apoplejía vigilante.

¡Oh cristiana fiesta de nuestros Lúculus!

 

Article escrit per Andreu Nin el 23 de desembre de 1914.

 

Ara que s’acosten les festes nadalenques on la despesa alimentaria creix en gran manera, ens va com anell al dit, aquest article que Andreu Nin escrivia per a fer una comparança magistral, de les costums alimentaries nadalenques amb les que hi havia a la clàssica Roma republicana. És de ressaltar com cita i coneix els texts de “Les Vides paral·leles” de Plutarc per relatar-nos les anècdotes sobre Luci Licini Lúcul, el gourmet de la Roma clàssica o, com utilitza el vocabulari adient al parlar dels “penates”, que són els genis protectors del rebost de la casa pels romans. A vegades, un no sap si Nin fa un senzill article o una classe magistral d’història. Aquesta fórmula periodística només l’he vista aplicar de manera, també magistral, al gran mestre del periodisme actual, Enric Juliana.

LUCI LICINI LÚCUL el gourmet de Roma.

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